PAN DE MOLDE, EL TRIUNFO DE UNA INDUSTRIA.

PAN DE MOLDE BLANCO

Equipment

  • bol
  • Báscula
  • Horno
  • Bandeja de horno
  • molde para pan

Ingredientes

  • 515 gr Harina de fuerza
  • 325 ml Agua
  • 16 gr Levadura comercial
  • 9 gr Sal
  • 21 gr Aceite de oliva Suave o virgen extra
  • 16 gr Azúcar

Elaboración paso a paso

  • Preparar y engrasar los moldes de pan. Precalentar el horno a 210º.
  • Diluir la levadura y el azucar en el agua. Partir siempre de agua fría.
  • En un bol limpio, mezclar la harina con el preparado de agua y levadura.
    Colocar la grasa y mezclar bien hasta integrar todos los ingredientes. 
  • Amasar durante 15 minutos. Trabajar la masa para desarrollar en ella
    algo de gluten. Si notas que se pone rígida, déjala descansar, solo ella
    te dirá cuando está lista. Agregar la sal y amasar por unos minutos
    más.
  • Dejar fermentar en un recipiente cubierto de un paño o plástico durante 60 minutos; al pasar la mitad del tiempo desinflar la masa y doblar, esperar el tiempo restante.
  • Una vez pasado todo el tiempo de fermentación inicial, desinflar la masa del todo; para formar los panes hace falta un rodillo. Aplastar la masa con los dedos y estirar con el rodillo, doblar hacia adentro la parte de arriba y la de abajo. Estirar, cerrar los laterales y volver a aplastar.
  • Enrollar la masa con mucha presión y dar la forma de un rulo del tamaño del molde; introducir y aplastar un poco hasta que abarque el molde por completo. Cubrir con un paño o un plástico y dejar fermentar nuevamente por 90 minutos.
  • Hornear de 15 a 20 minutos, una vez cocido, sacar del horno y hornear por 5 minutos fuera del molde.
PAN DE MOLDE

PAN DE MOLDE

Estoy seguro que cada semana llevas a cabo una actividad y que desconoces cuál es su origen. Adquieres un producto y no sabes su procedencia y mucho menos su historia.

Lo metes en tu pequeña cesta de la compra, lo pagas a un precio realmente ridículo y lo guardas en un gabinete, donde se queda a la espera de tu próxima visita. 

Esta compra y el producto que elijes, evidentemente, dependerá de tus hábitos alimenticios, y el pan no es una excepción. Cada vez te lo ofrecen más “natural”, “más blanco”, “más suave”, “más incoloro” y sin sabor.

EL PAN DE AYER Y HOY.

Ya hemos hablado sobre cómo nace el pan, que comienza plano sin forma ni gracia, para pasar a tener millones de formas, fragancias, sabores, fermentaciones y características. Cada hogaza es tan parecida a la otra, y a su vez tan única… esa es la variedad que aporta magia a nuestra existencia.

Sin embargo, cuando hablamos de panes de molde todo cambia. En el mercado existe una gran variedad de tipos y todos tan industrializados que asusta. Ahora vamos de compras y en la sección de panadería nos ofrecen bolsas plásticas selladas rellenas de ladrillos casi perfectos, suaves y esponjosos, con diseños que nos mienten vendiéndonos “falsa frescura”.

Panes más blancos que la mismísima leche y súper resistentes, casi indestructibles (no existe prensa hidráulica en este mundo capaz de arrebatar la forma original de los panes de molde actuales).

BODEGON PANES DE MOLDE

El mercado intenta metértelo por los ojos, nuevas presentaciones, nuevas recetas ahora con semillas para mejorar tu digestión, con cereales, frutas o pasas para opacar la ausencia de sabor. También con una mezcla exagerada de harinas únicamente para conseguir el objetivo de abaratar su precio y un sinfín de trampas y artimañas diseñadas para engañarte y venderte calidad cero.

¿Por qué sustentamos una falacia de este tamaño? ¿De verdad creemos que un kilo de pan pueda costar 0.99 euros? Esto suena muy parecido al mito de la carne de buey, a mi parecer me resulta imposible que un pan de verdad sea ofrecido a ese precio.

No trato de juzgar a nadie, todos somos pecadores. Con este nuevo ritmo de vida, veloz como ningún otro, hemos aceptado dejar de lado todo lo que requiera de nuestra paciencia y un poco de esfuerzo. Así, con los brazos abiertos, nos hemos fundido con la necesidad del quererlo todo y ahora.

AMÉRICA Y EL USO DEL PAN DE MOLDE.

La realidad es que el pan como se conocía en Europa presentaba unas características muy positivas antes de la llegada de la revolución industrial. Se consumían harinas enteras con grados de hidratación muy altos que solo podían ser manipuladas de manera adecuada por aquellos panaderos expertos. La importación de estos conceptos y técnicas en el nuevo continente llego con tropiezos severos.

Mientras tanto, en los hogares norteamericanos, la costumbre de fabricar pan en casa llegó y se mantuvo hasta que un hábil ser humano sembró la idea de que había que perfeccionar el pan. Buscando la mejora del producto, hizo entender a las amas de casa que la manera como era consumido hasta ese momento no era la adecuada. Entonces, justificó la invasión comercial de nuevas ideas y percepciones sobre las harinas y la fabricación de pan en general.

La primicia era simple: -En mi casa preparo un pan poco profesional y antihigiénico. Si lo comparo con el de esos obradores gigantes, que mostraban una cara totalmente elegante y pulcra, algo no debe estar bien.

PAN DE MOLDE HORNEADO

El fin de la hogaza

Poco a poco la idea de elaborar el pan propio se vio degollada y la bolsa con ladrillos comestibles comenzó a devorar el mundo de familia en familia, invadiendo su mesa.

Obviamente, esto no sucedió de una forma brusca, como si de una revolución se tratara. El cambio se fue gestionando poco a poco hasta que un día ya era muy tarde y era imposible dar vuelta atrás. Además, el tiempo pasó a ser algo de mucho valor como para dedicárselo a la fabricación de algo tan simple, como se consideraba al pan, en cada hogar.

 

Entonces, la falta de experiencia, las ganas de aumentar la producción con fines ahorrativos, la facilidad en la manipulación sobre las masas y la practicidad del resultado final fueron los factores determinantes. Por ellos hoy en día, cada vez que pases por la sección de panadería en el supermercado te encuentres con más de 9 tipos diferentes de pan de molde.

La mayor adaptación vivida fue el paso en el que se introduce el molde. ¿Quién maneja la realidad de por qué se usa un molde? O mejor aún ¿Quién fue el genio que pensó que sería más práctico el sistema de rebanadas cuadradas en comparación con aquellas ovaladas?

¿POR QUÉ BLANCO?

Esto nos aclara las circunstancias en las que el molde es vinculado con el pan, pero nos queda un tema pendiente ¿Por qué cada vez se elabora más blanco? ¿Por qué no bastó con solo cambiarle la forma?

Si dejamos de hacer pan en casa por temas de higiene (la imagen de las grandes fábricas totalmente higienizadas con controles supremos y  sin ninguna mancha o marca en su obrador) es evidente que el cambio de imagen debía ser radical.

El color blanco siempre ha sido tratado como el color de la pureza, la limpieza y la pulcritud. También ayuda a diferenciar cualquier tipo de irregularidad presente en el pan. Mientras más blanco sea más fácil será identificar cualquier tipo de contaminación que pueda estar presente en el pastón. 

Algo tan sencillo como eso define y explica su color. El triunfo de este pan se debe a la imagen de pulcritud que este ofrece. Tener un color blanco reluciente, una suavidad no vista antes y una forma práctica que facilita su consumo son los valores agregados que lo han hecho el producto que es.